
No me animo a admirarte por temor a enamorarme
porque me gustan tus ojos y esa forma de mirarme,
tus labios de rojo fuego y esa manera de hablarme,
hacen que cierre los ojos por temor a enamorarme,
También me gusta tu piel, tu frágil forma de andar y tu sonrisa angelical,
por eso no quiero verte, por temor a enamorarme,
porque me gustan tus manos, tus mejillas,
el color de tus pupilas, que son de color caramelo,
pero no debo mirarte, por temor a enamorarme.
Y como si fuera poco, por las noches ya ni duermo,
para no soñar contigo, y enamorarme en sueños,
tengo lamente ocupada, con tu risa, con tu aliento,
y hasta tu voz susurrante me parece que la siento.
Por eso he dejado de admirarte, por temor a enamorarme…